Bonnie Perry
Mientras la Iglesia Episcopal se enfrenta a los desafíos postpandémicos, debemos alinear nuestras estructuras de gobierno y recursos con un plan de transformación institucional. Mi experiencia como obispa y párroca me ha enseñado cómo lograr los cambios graduales y mensurables que necesitaremos para realizar ese plan. Sé cómo hacer avanzar a los grupos, celebrando los éxitos y aprendiendo de los reveses, sin perder de vista el llamado a participar eficaz y fielmente en la misión de Dios. Mi firmeza, mi fe en el amor inquebrantable de Cristo y mi sentido del humor me permiten superar los retos de dirigir el cambio con alegría y asombro. En una clase que impartí en el Seminario Bexley Seabury, pedí a los alumnos que imaginaran un mundo en el que la misión fuera el centro de todo lo que emprende la Iglesia. Al entrar en esta época de transición de liderazgo, creo que la Iglesia Episcopal debe imaginar ese mundo, y sería un honor para mí ayudar a dirigir el esfuerzo como miembro del Consejo Ejecutivo.