Michael Barlowe
He tenido el honor de servir como Secretario de la Cámara de Diputados y de la Convención General durante la última década. Dado que mi jubilación como Ejecutivo está programada para el Día del Trabajo de este año, había anunciado que no me presentaría a las elecciones de junio. Sin embargo, debido a un inevitable retraso en la búsqueda de mi sucesor, los Funcionarios Presidentes me pidieron que fuera candidato a Secretario este año para servir en la Convención General y garantizar la continuidad histórica entre las funciones de Director Ejecutivo y Secretario de la Convención General.
Acepté su petición y, si soy elegido, prestaré mis servicios durante la 81a Convención General y durante el trabajo necesario después de la Convención. Me jubilaría como estaba previsto, a finales de este verano, tanto de Director Ejecutivo como de Secretario.
Si soy elegido, serviré fielmente a la Iglesia de la mejor forma que pueda, trabajando de manera colegiada con mi personal en la Oficina de la Convención General, con los demás funcionarios y con los muchos voluntarios que ayudan a la Cámara de Diputados y a la Convención General. He sido bendecido por este ministerio, y me sentiría honrado de continuar durante este período de transición.