A035 Establecer Políticas Modelo para el Trabajo contra el Racismo y en Favor de la Reconciliación Racial
Se resuelve, con la aprobación de la Cámara de Obispos,
Que la 81ª Convención General de la Iglesia Episcopal se comprometa de nuevo con el trabajo de la Iglesia, tal y como se articuló por primera vez en la 70ª Convención General en la Resolución D-113, que instaba a la Iglesia a abordar el racismo dentro de nuestra Iglesia, dentro de la sociedad y en nuestro mundo; y asimismo
Se resuelve, Que la Iglesia Episcopal reconozca que los tiempos y las circunstancias exigen que la Iglesia articule mejor un compromiso claro y firme con el Desmantelamiento del Racismo, la Sanación Racial, y la Justicia y Reconciliación de una manera similar a como la Iglesia aborda la protección de los niños y los jóvenes (comúnmente conocida como “Iglesia Segura”); y asimismo
Se resuelve, Que el Obispo Presidente y la Presidenta de la Cámara de Diputados, a más tardar el 1° de marzo de 2025, designen conjuntamente un Grupo Especial de Trabajo de cinco a siete personas con experiencia en el uso y desarrollo de Políticas Modelo para la Reconciliación y Sanación Racial, con el fin de crear un conjunto de Políticas Modelo para el Desmantelamiento del Racismo, la Reconciliación Racial y la Sanación que aborde lo siguiente:
- Un proceso de investigación y selección para todo el clero, empleados laicos y líderes laicos que requiera formación sobre reconciliación racial de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia.
- La expresión de normas de conducta para el clero, los empleados laicos y los voluntarios que trabajen con niños o jóvenes.
- La prohibición de lenguaje o acciones ofensivas para las personas de color.
- La prohibición de cualquier material racialmente despectivo (revistas, tarjetas, videos, películas, ropa, etc.) en los locales de la Iglesia o en los actos eclesiásticos.
- Educación y capacitación para todo el clero, los empleados laicos y los líderes laicos, tomando en cuenta lo siguiente:
- La capacitación debe efectuarse cada 3 años para mantener los conocimientos y las habilidades al día.
- Capacitación especializada para aquellos que reclutan, investigan antecedentes o seleccionan a personas que trabajarán en puestos de liderazgo.
- Un mecanismo para certificar que el clero y los líderes laicos tienen los conocimientos especificados al menos en el nivel de Concientización especificado por el documento Marco para la Formación Antirracista y Reconciliadora aprobado por la Iglesia en la Resolución 2018-A044.
- Criterios para la certificación de Seminarios y escuelas de educación teológica que garanticen que imparten una formación especificada al menos en el nivel de Sensibilización especificado por el documento Marco para la Formación en Antirracismo y Reconciliación aprobado por la Iglesia en la Resolución 2018-A044.
- Directrices para impartir formación contra el racismo y por la reconciliación a diferentes públicos raciales, tal y como inició el Comité del Consejo Ejecutivo sobre Antirracismo y Reconciliación, como suplementos al Marco para la Formación contra el Racismo y por la Reconciliación; buscar la participación de la Oficina de Ministerios Étnicos para que desarrolle Suplementos de orientación étnica al Marco para la Formación contra el Racismo.
- Hacer de la actual Auditoría de Justicia Racial un esfuerzo permanente.
- Designación de un responsable diocesano de la reconciliación racial que se encargue del seguimiento y la posible coordinación de los esfuerzos de reconciliación racial en toda la diócesis.
- Directrices para la responsabilidad en las que se describen las consecuencias a la hora de responder a las preocupaciones de:
- Conducta discriminatoria hacia las personas de color.
- Falta de adhesión a las resoluciones existentes sobre reconciliación racial; y asimismo
Se resuelve, Que la creación de estas Políticas Modelo para la Reconciliación Racial y la Sanación se complete antes del 30 de septiembre de 2025; y asimismo Se resuelve, Que el Modelo de Políticas para la Reconciliación Racial y la Sanación sea promulgado después de ser aprobado por el Grupo Especial de Trabajo; y asimismo
Se resuelve, Que el Centro Episcopal designe a una persona capacitada que sirva como punto de contacto para que las diócesis obtengan información sobre el cumplimiento de las Políticas modelo para la reconciliación y la sanación raciales; y asimismo
Se resuelve, Que a más tardar el 30 de junio de 2026, cada diócesis elabore Directrices para la reconciliación y la sanación raciales que se ajusten a las Políticas modelo para la reconciliación y la sanación raciales, teniendo debidamente en cuenta las leyes locales aplicables sobre los temas de las Políticas modelo para la reconciliación y la sanación raciales; y asimismo
Se resuelve, Que todas las diócesis confirmen anualmente, por escrito o por correo electrónico o a través de un mecanismo de encuesta, a una oficina designada en el Centro Episcopal de la Iglesia, que las Directrices de la diócesis se ajustan a las Políticas Modelo para la Reconciliación Racial y la Sanación.
Explicación
El trabajo de toda la Iglesia hacia la sanación racial iniciado en la 70ª Convención General con la Resolución D-113 ha visto varias resoluciones en posteriores Convenciones Generales que afirman el trabajo y fomentan la formación de todos los líderes, ordenados y laicos. Los datos recogidos por el Comité del Consejo Ejecutivo sobre Antirracismo como parte de su mandato y por el personal del Obispo Presidente en forma de Auditoría de Justicia Racial han encontrado muchas entidades dentro de la Iglesia que realizan este trabajo. Pero también ha descubierto que muchos no cumplen esos propósitos.
El conocimiento y las capacidades en torno a la reconciliación racial deberían ser tan importantes como el conocimiento y las capacidades en torno a la Protección de Niños y Jóvenes (comúnmente denominada “Iglesia Segura”). Si la Iglesia realmente se toma en serio la eliminación del racismo y la sanación, no deberíamos permitir que nadie sea nombrado o elegido para un cargo en la Iglesia sin tener el conocimiento acordado como enseñanzas de la Iglesia, como se describe en la Resolución 2018-A044 Establecer Componentes Esenciales de la Formación Antirracista o de Reconciliación Racial. Muchos de los líderes de la Iglesia, como Catherine Meeks, del Centro Episcopal Absalom Jones para la Sanación Racial, se sienten frustrados por la falta de responsabilidad a la hora de cumplir las numerosas resoluciones que ya se han aprobado pero que no se han puesto en práctica. Esta resolución estructuraría el llamado a toda la Iglesia para que viva de acuerdo con estas resoluciones, desarrollando así la capacidad de la Iglesia para desmantelar verdaderamente el racismo y llevar la sanación al mundo. Esta resolución sigue el modelo de las resoluciones 2003-B008 Proteger a los Niños y Jóvenes de los Abusos y 2015A073 Actualizar las Políticas Modelo para la Protección de Niños y Jóvenes, y ayudaría a que la Iglesia rindiera cuentas del trabajo que hemos dicho una y otra vez que deseamos hacer.
La Iglesia ha ampliado su enfoque más allá de solo el antirracismo a la reconciliación racial, como se describe en la Resolución 2018-B004 Instar a una Terminología Común para Describir el Trabajo Antirracista. Esta resolución mueve a la Iglesia hacia ese enfoque más amplio.
El clero se capacita en seminarios de todo el país. La mayoría de los seminarios no han proporcionado suficiente formación sobre el desmantelamiento del racismo, la reconciliación racial, la justicia y la sanación. Por ello, muchos clérigos no comienzan su carrera con los conocimientos necesarios para apoyar esta labor. Esta resolución establecería una norma mínima para la formación sobre reconciliación racial impartida por los seminarios en los que se forma el clero.
El Artículo III del Canon de la Iglesia Episcopal exige que el clero complete lo que se considera la “formación antirracista” de la Iglesia. Esto significa que uno podría afirmar que simplemente viendo un video en línea de media hora sobre el racismo ha cumplido este requisito. Los expertos en este trabajo están de acuerdo en que este enfoque de “una vez y listo” no es suficiente para hacer avanzar a la Iglesia en el desmantelamiento del racismo y el logro de la justicia y la sanación raciales. Esta resolución aborda esta cuestión exigiendo que la formación requerida sea más completa y que se repita cada 3 años para mantener un nivel adecuado de conocimientos.
El Artículo III del Canon de la Iglesia Episcopal se aplica únicamente al clero. Pero como se identifica en múltiples resoluciones de la Convención General, como 2000-B049 Se Requiere Capacitación Antirracismo, 2018-A045 Reafirmar e Informar sobre la Capacitación en Antirracismo, y 2018-A015 Instruir a los Organismos Interinos a Someterse a la Capacitación en Antirracismo, también necesitamos que todos los líderes laicos tengan el conocimiento de la capacitación de la Iglesia sobre antirracismo y reconciliación racial hacia el desmantelamiento del racismo y el logro de la justicia racial y la sanación, especialmente aquellos a nivel parroquial, si realmente queremos progresar. Esta resolución haría que ese requisito se aplicara no solo al clero, sino también a los líderes laicos de toda la Iglesia.