A044 Desarrollar Ministerios de Revitalización Congregacional Sustentables
Se resuelve, Que la 81ª Convención General, un pueblo cimentado en la resurrección, la nueva vida y la convicción de que el mundo necesita la expresión vivificante del Evangelio que es exclusiva de la Iglesia Episcopal, reconozca y se aflija por las pérdidas que están enfrentando muchas de nuestras comunidades de fe y diócesis, y por el futuro que todos enfrentamos como Iglesia si continúan incólumes las tendencias de decadencia y disminución de la capacidad; y asimismo
Se resuelve, Que reconozcamos que esta es una conversación urgente que ya está teniendo lugar en todos los niveles de nuestra Iglesia, y que la vitalidad de nuestras congregaciones, comunidades de fe y de toda la Iglesia debe nombrarse como una prioridad que requiere tiempo sustancial, gobierno, personal, formación y recursos financieros en consecuencia; y asimismo
Se resuelve, Que reconozcamos el contexto de misión único de cada diócesis y congregación, incluyendo las comunidades indígenas, las no angloparlantes y las que están fuera de los 48 estados contiguos, y que las iniciativas de vitalidad requieren que se dirijan hacia ellas experiencia local, así como una atención y recursos significativos; y asimismo
Se resuelve, Que el Obispo Presidente, el Presidente de la Cámara de Diputados, el Consejo Ejecutivo, la Cámara de Obispos y las diócesis convoquen a grupos que comprometan de todo corazón a la iglesia con la misión y la vitalidad de Dios para (1) recopilar información basada en datos y recursos útiles para las iglesias y diócesis que estén considerando la reurbanización, incluidas historias de éxito y fracaso, (2) identificar cualquier laguna en la información disponible y los obstáculos a la reurbanización, (3) hacer recomendaciones sobre cómo aprovechar las propiedades y los activos financieros existentes de la iglesia para promover el trabajo de la misión y el ministerio, incluida la revitalización de las congregaciones, la plantación de iglesias y el evangelismo, (4) establecer y proporcionarle recursos a un grupo, red u organización paraeclesiástica que pueda ayudar a las iglesias en futuros esfuerzos (5) acceder y poner a disposición recursos externos que ya existan para esta labor; y asimismo
Se resuelve, Que el Obispo Presidente y el Presidente de la Cámara de Diputados inviten a participar en esta labor a líderes que representen la diversidad de la Iglesia y que tengan experiencia en el desarrollo de propiedades eclesiásticas, la plantación de iglesias, la revitalización de iglesias y el ministerio empresarial, como el Episcopal Church Building Fund, Trinity Wall Street Mission Real Estate and Development (MRED), Episcopal Parish Network, socios ecuménicos y otras entidades ajenas a la Iglesia Episcopal; y asimismo
Se resuelve, Que el Obispo Presidente y el Presidente de la Cámara de Diputados identifiquen grupos para recopilar, evaluar, diseminar y alentar el desarrollo de recursos basados en datos y mejores prácticas para la plantación, la revitalización, el cierre y los activos de las iglesias; para trabajar con otros grupos a fin de dar a conocer la disponibilidad de estos recursos a la Iglesia Episcopal, a sus diócesis y a sus congregaciones; y para recolectar opiniones sobre los recursos que necesita (y utiliza) la mayor variedad posible de grupos dentro de la Iglesia; y asimismo
Se resuelve, Que el Obispo Presidente y el Presidente de la Cámara de Diputados asuman personalmente la responsabilidad de convocar a los organismos necesarios para iniciar esta labor, garanticen que siempre que se reúnan la Cámara de Obispos y el Consejo Ejecutivo se aborde esta preocupación tan urgente, y den instrucciones al Consejo Ejecutivo para que publique un informe anual para la Iglesia y presente un informe completo ante la 82ª Convención General sobre los avances realizados durante el primer trienio; y asimismo
Se resuelve, Que dado que esta labor es de máxima prioridad y requiere una reorientación significativa de los recursos, la 81ª Convención General inste encarecidamente a los presidentes a proteger los fondos ya asignados para la vitalidad congregacional, así como las iniciativas basadas en datos y, si es necesario, a reorientar los fondos de las reservas a corto plazo para llevar adelante este trabajo.