A079 Domingo de Salud Mental
Se resuelve, con la aprobación de la Cámara de Obispos,
Que la 81a Convención General de la Iglesia Episcopal designe como Domingo de concientización sobre la Salud Mental el domingo más próximo al 10 de octubre, que es el Día Mundial de la Salud Mental; y asimismo
Se resuelve, Que el objetivo común sea concientizar sobre el impacto que el estigma tiene en impedir un diálogo abierto sobre la salud mental y las enfermedades mentales con nuestras familias, nuestra Iglesia y nuestras comunidades; y asimismo
Se resuelve, Que la Iglesia Episcopal fomente la educación de su clero y laicos sobre cómo apoyar a las personas con enfermedades mentales y a sus cuidadores; y asimismo
Se resuelve, Que la 81a Convención General de la Iglesia Episcopal envíe esta resolución a cada Diócesis de la Iglesia Episcopal para que publiquen un recordatorio a través de sus canales de comunicación principales para fomentar la participación en el Domingo de Concientización sobre la Salud Mental; y asimismo
Se resuelve, Que sumemos nuestras voces y oraciones a las de quienes en todo el mundo buscan cuidados y atención para tratar las enfermedades mentales.
Explicación
Las enfermedades mentales prosperan en la oscuridad, la oscuridad del aislamiento, la oscuridad de la ignorancia y la oscuridad del estigma negativo. Mediante el reconocimiento público podemos aliviar, apoyar y llevar la luz y el amor de Cristo a todos los hijos de Dios. Hablar de enfermedades mentales puede salvar una vida. Esperamos que la iglesia hable de salud mental y bienestar a lo largo del año. La Iglesia Episcopal está arraigada en la tradición del culto corporativo. Si todas las comunidades religiosas de una zona se enfocan en la Salud Mental, aumentará el impacto en el mundo.
En cuanto a la fecha, el 10 de octubre es la fecha mundialmente reconocida para la concientización sobre la salud mental desde 1992. Nos gustaría reconocer que en Estados Unidos de América, todo el mes de mayo es designado Mes de Concientización sobre la Salud Mental desde 1949 y está respaldado por varias agencias federales. Además, desde 2008 se celebra en julio el Mes Nacional de Concientización sobre la Salud Mental de las Minorías. Hay muchas otras fechas de reconocimiento nacional y mundial que desafían el calendario de la Iglesia por la cantidad de celebraciones. Nos hemos enfocado en las fechas de celebración más inclusivas.
Octubre es también una época del año ventajosa para reflexionar sobre la salud mental de niños y jóvenes, ya que suele ser el comienzo del nuevo año escolar. Las posibilidades intergeneracionales de debatir sobre el estrés de la vida ayudarán a normalizar las conversaciones sobre el impacto del estrés y el agotamiento en el bienestar mental.
Una vez que hayamos empezado a reducir el estigma de las enfermedades mentales a través de estas celebraciones anuales, esperamos que los líderes quieran profundizar en la forma de responder a la epidemia de enfermedades mentales. Aquí es donde los recursos y la educación son importantes. El Grupo de Trabajo sobre Personas con Enfermedades Mentales ha preparado un primer conjunto de recursos que se comparten como parte del Libro Azul de la 81a Convención General. El Grupo de Trabajo también recomienda los Primeros Auxilios para la Salud Mental como capacitación preferente para la mayoría de las comunidades religiosas. Elogiamos otros recursos de las organizaciones y grupos que se mencionan en las acciones de gracias del Informe del Libro Azul.
Por último, sabemos que puede ser sencillo aprobar una resolución en la Convención General, pero mucho más difícil ponerla en práctica. Esperamos que al enviar esta resolución a las oficinas de comunicación de nuestras distintas diócesis, ayude a recordar a nuestras iglesias el trabajo realizado en la convención. Entendemos que no todas las parroquias o comunidades religiosas podrán participar en el Domingo de concientización sobre la Salud Mental. Pero para los que pueden, un recordatorio amable puede servir de plataforma de lanzamiento para compartir ideas a través de las redes. También ofrece la oportunidad de que las iniciativas diocesanas sobre salud mental ocupen un lugar destacado.
Como iglesia, es justo que cerremos con una oración. La oración no resolverá un problema médico, pero nos reconforta y nos recuerda la fuerza que Dios proporciona en tiempos difíciles.