A084 Unirse al Bosque de la Comunión
El precioso regalo de Dios, la Creación, está amenazado por la contaminación y el consiguiente cambio climático, y corre el riesgo de derrumbarse. Como Cuerpo de Cristo, los episcopales de todo el mundo tienen la obligación y la responsabilidad de actuar de acuerdo con las enseñanzas de Cristo y de nuestras Sagradas Escrituras para preservar y cuidar nuestro planeta. En 2022, la Conferencia de Lambeth lanzó la Iniciativa Forestal de la Comunión Anglicana para unirse en el cultivo de árboles y la conservación, protección y restauración de ecosistemas en todo el mundo. La iniciativa, que es una respuesta mundial que fomenta el trabajo local, es una forma de que los miembros de la Comunión Anglicana se unan tanto en la oración como en la acción para comprometerse con las respuestas al cambio climático basadas en la ciencia a través de la lente de nuestra fe compartida. La iniciativa ofrece recursos para incorporar la plantación de árboles a la práctica litúrgica y a sacramentos como el bautismo y el matrimonio, con el fin de erradicar la relación, a menudo ambigua, que la Iglesia mantiene con la naturaleza. Nuestra fe nos enseña que Dios hizo todas las cosas y, por tanto, debemos administrar y cuidar toda la Creación.
Explicación
El precioso regalo de Dios, la Creación, está amenazado por la contaminación y el consiguiente cambio climático, y corre el riesgo de derrumbarse. Como Cuerpo de Cristo, los episcopales de todo el mundo tienen la obligación y la responsabilidad de actuar de acuerdo con las enseñanzas de Cristo y de nuestras Sagradas Escrituras para preservar y cuidar nuestro planeta. En 2022, la Conferencia de Lambeth lanzó la Iniciativa Forestal de la Comunión Anglicana para unirse en el cultivo de árboles y la conservación, protección y restauración de ecosistemas en todo el mundo. La iniciativa, que es una respuesta mundial que fomenta el trabajo local, es una forma de que los miembros de la Comunión Anglicana se unan tanto en la oración como en la acción para comprometerse con las respuestas al cambio climático basadas en la ciencia a través de la lente de nuestra fe compartida. La iniciativa ofrece recursos para incorporar la plantación de árboles a la práctica litúrgica y a sacramentos como el bautismo y el matrimonio, con el fin de erradicar la relación, a menudo ambigua, que la Iglesia mantiene con la naturaleza. Nuestra fe nos enseña que Dios hizo todas las cosas y, por tanto, debemos administrar y cuidar toda la Creación.