A094 Comunión a Través de las Diferencias
A la luz de las serias limitaciones impuestas por la pandemia del Coronavirus al primer Grupo de Trabajo sobre la Comunión a través de las Diferencias, la 80ª Convención General ordenó al Obispo Presidente y a la Presidenta de la Cámara de Diputados que nombraran una segunda iteración de dicho grupo de trabajo para continuar su importante labor. En su explicación de la propuesta de resolución que buscaba otro trienio en el que trabajar, el grupo de trabajo original informó que “[i]ntegrantes del grupo de trabajo actual creen que la creación del tipo de relaciones necesarias para llevar adelante este trabajo se vio gravemente obstaculizada por la pandemia de Covid-19 y nuestra incapacidad para reunirnos cara a cara”. Esa observación resultó ser correcta. Gracias a la celebración de dos reuniones presenciales, el Grupo de Trabajo sobre la Comunión por encima de las Diferencias pudo avanzar notablemente en las cuestiones incluidas en su mandato, y sus miembros pudieron establecer entre sí relaciones colegiadas y respetuosas de confianza y buena voluntad.
No obstante, la reducción del tiempo disponible para los trabajos de las comisiones entre la 80ª y la 81ª Convenciones Generales supuso una limitación en sí misma. Es poco probable que las preocupaciones litúrgicas y canónicas planteadas por este grupo de trabajo se resuelvan de forma permanente en una sola Convención General. Los principios para un camino sostenible que se han articulado en nuestro Informe del Libro Azul para esta Convención tendrán que desarrollarse y aplicarse a nuevas situaciones. Además, y quizá lo más importante, la labor de establecer relaciones por encima de las diferencias sigue siendo crucial, y requiere más tiempo y la contribución de más voces. Los miembros del segundo Grupo de Trabajo sobre la Comunión a través de las Diferencias creen que esta labor crucial requiere un grupo de trabajo que disponga de un trienio completo en el cual trabajen y recen juntos en persona, colaboren con otros organismos interinos, consulten con anglicanos de todo el mundo y reflexionen sobre todo lo que nos une, sin ocultar ni descartar la realidad de nuestras diferencias.
Explicación
A la luz de las serias limitaciones impuestas por la pandemia del Coronavirus al primer Grupo de Trabajo sobre la Comunión a través de las Diferencias, la 80ª Convención General ordenó al Obispo Presidente y a la Presidenta de la Cámara de Diputados que nombraran una segunda iteración de dicho grupo de trabajo para continuar su importante labor. En su explicación de la propuesta de resolución que buscaba otro trienio en el que trabajar, el grupo de trabajo original informó que “[i]ntegrantes del grupo de trabajo actual creen que la creación del tipo de relaciones necesarias para llevar adelante este trabajo se vio gravemente obstaculizada por la pandemia de Covid-19 y nuestra incapacidad para reunirnos cara a cara”. Esa observación resultó ser correcta. Gracias a la celebración de dos reuniones presenciales, el Grupo de Trabajo sobre la Comunión por encima de las Diferencias pudo avanzar notablemente en las cuestiones incluidas en su mandato, y sus miembros pudieron establecer entre sí relaciones colegiadas y respetuosas de confianza y buena voluntad.
No obstante, la reducción del tiempo disponible para los trabajos de las comisiones entre la 80ª y la 81ª Convenciones Generales supuso una limitación en sí misma. Es poco probable que las preocupaciones litúrgicas y canónicas planteadas por este grupo de trabajo se resuelvan de forma permanente en una sola Convención General. Los principios para un camino sostenible que se han articulado en nuestro Informe del Libro Azul para esta Convención tendrán que desarrollarse y aplicarse a nuevas situaciones. Además, y quizá lo más importante, la labor de establecer relaciones por encima de las diferencias sigue siendo crucial, y requiere más tiempo y la contribución de más voces. Los miembros del segundo Grupo de Trabajo sobre la Comunión a través de las Diferencias creen que esta labor crucial requiere un grupo de trabajo que disponga de un trienio completo en el cual trabajen y recen juntos en persona, colaboren con otros organismos interinos, consulten con anglicanos de todo el mundo y reflexionen sobre todo lo que nos une, sin ocultar ni descartar la realidad de nuestras diferencias.