D016 Continuación del Financiamiento de la Amada Comunidad.
La 78a Convención General de la Iglesia Episcopal reconoció, mediante la aprobación de la Resolución 2015-C019, que, a pesar de los repetidos esfuerzos de capacitación contra el racismo y las iniciativas de justicia racial y reconciliación racial, incluida la aprobación de más de 30 resoluciones de la Convención General que se remontan a 1952, la abominación y el pecado del racismo siguen plagando nuestra sociedad y nuestra Iglesia con un gran costo para la vida y la dignidad humana.
Además, a raíz de los brutales asesinatos abiertamente racistas de nueve de nuestros hermanos y hermanas cristianos de la iglesia Mother Emanuel African Methodist Episcopal Church el 17 de junio de 2015, de numerosas muertes inexcusables de hombres y jóvenes negros desarmados en manos de las fuerzas del orden, y de la atrocidad moral de la encarcelación en masa en la que una cantidad enormemente desproporcionada de personas de color han sido capturadas injustamente en la red de un sistema de justicia penal injusto, la 78a Convención General estableció como una prioridad de la Iglesia Episcopal en el próximo trienio el reto y la difícil labor de la reconciliación racial a través de la oración, la enseñanza, el compromiso y la acción.
2015-C019 pidió Obispo Presidente, al Presidente de la Cámara de Diputados, al Vicepresidente de la Cámara de Obispos y al Vicepresidente de la Cámara de Diputados encabezar, dirigir y estar presentes para asegurar y dar cuenta por el trabajo sobre la justicia y la reconciliación racial de la Iglesia. Expresaron un marco para ese trabajo, titulado Convertirnos en la Amada Comunidad: el Compromiso a largo plazo de la Iglesia Episcopal con la Sanación, Reconciliación y Justicia Racial, que pide trabajo adicional en el área de la reconciliación racial.
A medida que nos acercamos a este próximo trienio, nos enfrentamos con las realidades del resurgimiento de la supremacía blanca, un aumento en la normalización del miedo personal e institucionalizado de las personas de color y las políticas abiertamente deshumanizantes que se aplican a los refugiados e inmigrantes, además de todas las injusticias que se provocaron con la aprobación de la 2015-C019 en la 78a Convención General.
Tal y como se hizo en la 79ª Convención General mediante la adopción de la Resolución D002, en la que se asignaron US$750,000 para los fines aquí expuestos, hacemos de nuevo un llamado a nuestra Iglesia para que invierta recursos importantes para perfeccionar y desarrollar capacidades entre nuestros líderes actuales y futuros dentro de la Iglesia Episcopal, con el fin de impactar las prácticas de decir la verdad, reparar la brecha, practicar el camino del amor de Jesús y proclamar el sueño de la Amada Comunidad.
Para seguir convirtiendo en realidad nuestro compromiso de que la Amada Comunidad se convierta en una realidad en un mundo que lo necesita desesperadamente, las iglesias locales, las diócesis y las agencias deben contar con los recursos para realizar este trabajo en sus contextos. Creemos que estas subvenciones seguirán haciendo posible que las iglesias, diócesis y otras agencias de la Iglesia Episcopal continúen viviendo en el compromiso de la Iglesia de convertirse en Amada Comunidad en formas nuevas y vitales. De la misma manera que las comunidades de práctica se han desarrollado a partir de las donaciones de Genesis Church Planting que se otorgaron en el trienio 2015-2018, la Resolución D002 hizo posible que una red de beneficiarios de subvenciones compartiera mejores prácticas, recursos, etc. entre ellos y con toda la iglesia. Las provincias y las diócesis que no habían podido costear las capacitaciones canónicamente obligatorias han logrado hacerlo. Estas subvenciones también han posibilitado el desarrollo de recursos pertinentes, culturalmente apropiados y muy necesarios que se han compartido ampliamente con la iglesia a través del Centro Absalom Jones para la Sanación Racial.
Explicación
La 78a Convención General de la Iglesia Episcopal reconoció, mediante la aprobación de la Resolución 2015-C019, que, a pesar de los repetidos esfuerzos de capacitación contra el racismo y las iniciativas de justicia racial y reconciliación racial, incluida la aprobación de más de 30 resoluciones de la Convención General que se remontan a 1952, la abominación y el pecado del racismo siguen plagando nuestra sociedad y nuestra Iglesia con un gran costo para la vida y la dignidad humana.
Además, a raíz de los brutales asesinatos abiertamente racistas de nueve de nuestros hermanos y hermanas cristianos de la iglesia Mother Emanuel African Methodist Episcopal Church el 17 de junio de 2015, de numerosas muertes inexcusables de hombres y jóvenes negros desarmados en manos de las fuerzas del orden, y de la atrocidad moral de la encarcelación en masa en la que una cantidad enormemente desproporcionada de personas de color han sido capturadas injustamente en la red de un sistema de justicia penal injusto, la 78a Convención General estableció como una prioridad de la Iglesia Episcopal en el próximo trienio el reto y la difícil labor de la reconciliación racial a través de la oración, la enseñanza, el compromiso y la acción.
2015-C019 pidió Obispo Presidente, al Presidente de la Cámara de Diputados, al Vicepresidente de la Cámara de Obispos y al Vicepresidente de la Cámara de Diputados encabezar, dirigir y estar presentes para asegurar y dar cuenta por el trabajo sobre la justicia y la reconciliación racial de la Iglesia. Expresaron un marco para ese trabajo, titulado Convertirnos en la Amada Comunidad: el Compromiso a largo plazo de la Iglesia Episcopal con la Sanación, Reconciliación y Justicia Racial, que pide trabajo adicional en el área de la reconciliación racial.
A medida que nos acercamos a este próximo trienio, nos enfrentamos con las realidades del resurgimiento de la supremacía blanca, un aumento en la normalización del miedo personal e institucionalizado de las personas de color y las políticas abiertamente deshumanizantes que se aplican a los refugiados e inmigrantes, además de todas las injusticias que se provocaron con la aprobación de la 2015-C019 en la 78a Convención General.
Tal y como se hizo en la 79ª Convención General mediante la adopción de la Resolución D002, en la que se asignaron US$750,000 para los fines aquí expuestos, hacemos de nuevo un llamado a nuestra Iglesia para que invierta recursos importantes para perfeccionar y desarrollar capacidades entre nuestros líderes actuales y futuros dentro de la Iglesia Episcopal, con el fin de impactar las prácticas de decir la verdad, reparar la brecha, practicar el camino del amor de Jesús y proclamar el sueño de la Amada Comunidad.
Para seguir convirtiendo en realidad nuestro compromiso de que la Amada Comunidad se convierta en una realidad en un mundo que lo necesita desesperadamente, las iglesias locales, las diócesis y las agencias deben contar con los recursos para realizar este trabajo en sus contextos. Creemos que estas subvenciones seguirán haciendo posible que las iglesias, diócesis y otras agencias de la Iglesia Episcopal continúen viviendo en el compromiso de la Iglesia de convertirse en Amada Comunidad en formas nuevas y vitales. De la misma manera que las comunidades de práctica se han desarrollado a partir de las donaciones de Genesis Church Planting que se otorgaron en el trienio 2015-2018, la Resolución D002 hizo posible que una red de beneficiarios de subvenciones compartiera mejores prácticas, recursos, etc. entre ellos y con toda la iglesia. Las provincias y las diócesis que no habían podido costear las capacitaciones canónicamente obligatorias han logrado hacerlo. Estas subvenciones también han posibilitado el desarrollo de recursos pertinentes, culturalmente apropiados y muy necesarios que se han compartido ampliamente con la iglesia a través del Centro Absalom Jones para la Sanación Racial.