D017 Apoyar la Reglamentación de la Inteligencia Artificial Generativa
Se resuelve, con la aprobación de la Cámara de Obispos,
Que la 81ª Convención General reafirme los principios de la resolución 2022-D020 (Abordar las Implicaciones de la Era Digital) y reconozca además que la Inteligencia Artificial Generativa (Generative Artificial Intelligence, AI) está cambiando rápidamente la forma en que nos relacionamos con la información y entre nosotros, y plantea importantes consideraciones éticas con respecto a su impacto en nuestra comprensión de la verdad, la confianza en las instituciones, la autenticidad y la dignidad humana, y el hecho de que como sociedad y como iglesia no hemos lidiado plenamente con las importantes implicaciones prácticas y éticas de los avances en la inteligencia artificial generativa; y asimismo
Se resuelve, Que la Iglesia Episcopal, con la ayuda de la Oficina de Relaciones Gubernamentales y la Red Episcopal de Políticas Públicas, supervise los avances en inteligencia artificial y hable en nombre de los más vulnerables de acuerdo con los valores de la Iglesia Episcopal, apoyando políticas en los niveles de gobierno local, estatal y nacional, así como los esfuerzos para crear marcos internacionales a fin de lograr lo siguiente:
- Regular el uso de la información para entrenar algoritmos, con el fin de reconocer los derechos de los creadores humanos, aumentar la transparencia sobre los datos y las metodologías utilizadas, diversificar las fuentes utilizadas para los datos de entrenamiento y proteger los derechos de privacidad de las personas.
- Restringir o regular, exigiendo transparencia adicional, el uso de la inteligencia artificial generativa para influir o interferir en las elecciones y las campañas de información pública.
- Instar a todas las entidades políticas y a los funcionarios del gobierno a que, en ausencia de legislación, se comprometan voluntariamente a abstenerse de cualquier uso engañoso de la inteligencia artificial en las campañas políticas.
- Restringir el uso de la inteligencia artificial para vulnerar los derechos civiles o las aplicaciones de la inteligencia artificial que perpetúen la discriminación y el racismo históricos y actuales.
- Restringir o prohibir el uso de deepfakes (imágenes, videos o audios alterados para sustituir la imagen de una persona por la de otra) con fines de fraude, difamación y explotación sexual.
- Apoyar a los trabajadores que se han visto afectados negativamente por el uso de la inteligencia artificial generativa en sus industrias, mediante el apoyo a políticas como programas de reciclaje y reglamentos sobre monitoreo en el lugar de trabajo.
- Regular el uso de la inteligencia artificial generativa por parte de militares, policías y en cualquier otro contexto relacionado con el uso de la fuerza.
Y asimismo
Se resuelve, Que la Iglesia Episcopal haga un llamado a las empresas, organizaciones y personas que trabajan con y desarrollan inteligencia artificial generativa para que incluyan salvaguardas y medidas de seguridad en sus productos, establezcan directrices y políticas éticas transparentes para su trabajo y lleven a cabo revisiones éticas independientes y continuas de sus productos y los impactos de estos en las personas, los lugares de trabajo, nuestros sistemas democráticos y la sociedad en su conjunto; y que se encargue al Comité de Responsabilidad Social Corporativa del Consejo Ejecutivo de la Iglesia Episcopal que involucre a las empresas pertinentes de la cartera de inversiones de la Iglesia en estos asuntos éticos.
Explicación
La inteligencia artificial generativa es una tecnología que permite que las computadoras creen contenidos originales, como imágenes o textos, que se asemejan a los producidos por los humanos. La inteligencia artificial utiliza modelos o algoritmos entrenados en grandes conjuntos de datos, textos e imágenes existentes para comprender e imitar patrones en esos datos. Aunque hay muchos algoritmos que ya están integrados en nuestra vida cotidiana (como el autocorrector, los filtros de spam del correo electrónico y los motores de recomendación), la inteligencia artificial generativa supone un importante paso adelante en la capacidad y el alcance de la tecnología. La inteligencia artificial generativa se ha generalizado especialmente en los últimos años con el lanzamiento de nuevas herramientas como ChatGPT, Midjourney, DALL-E, Google Gemini y Microsoft Copilot. Se trata de una parte del panorama tecnológico que está cambiando rápidamente y cuyas repercusiones apenas estamos empezando a ver.
La inteligencia artificial generativa puede alterar muchos aspectos de nuestras vidas, pero también tiene un gran potencial para ampliar la creatividad y la eficiencia humanas. Estas herramientas crean contenidos basados en los datos con los cuales se les entrena y en las indicaciones que se les dan: pueden reflejar y extender lo mejor o lo peor de la humanidad. Los reglamentos pueden frenar los peores efectos de la inteligencia artificial generativa y mitigar los daños a los más vulnerables y a la sociedad en su conjunto, permitiendo al mismo tiempo que continúen las oportunidades para un uso positivo y reafirmante de la vida por parte de esta nueva tecnología.
La Iglesia Episcopal necesita hablar de la inteligencia artificial generativa porque nuestro pacto bautismal nos llama a respetar la dignidad de todo ser humano. Al cambiar la forma en que se realiza el trabajo creativo y cómo identificamos algo como real, la inteligencia artificial generativa está dañando nuestras relaciones entre humanos. La inteligencia artificial generativa siembra la semilla de la duda en todo lo que vemos en Internet, fomentando la desvinculación de la sociedad civil y de instituciones como la Iglesia. El panorama de la inteligencia artificial ha cambiado radicalmente en los dos últimos años, y probablemente será radicalmente distinto en la 82ª Convención General. Tenemos el deber de comprometernos ahora, mientras se debaten estos asuntos éticos y morales.