D018 Grupo de Trabajo sobre la Paridad de las Pensiones de los Laicos
Los empleados laicos de la Iglesia se rigen por un plan de pensiones distinto al del clero, dadas las diferencias de edad entre los fondos y las leyes aplicables, lo cual conlleva dificultades prácticas al proporcionar una paridad justa entre las prestaciones de los laicos y las del clero. Esto crea un problema de justicia en la Iglesia, donde los empleados laicos a menudo no pueden disfrutar de prestaciones de jubilación comparables a las de sus homólogos clérigos.
Aunque reconocemos que es improbable que se alcance la paridad real en un futuro próximo, dadas las edades y las diferencias prácticas entre los planes, creemos que la Iglesia debe esforzarse más por encontrar un camino más justo para los planes de prestaciones de los laicos, lo que incluye abordar problemáticas como los aumentos de los ajustes discrecionales por el costo de vida, los requisitos de adquisición de derechos y el porcentaje con que los empleadores de la Iglesia contribuyen a los planes de los laicos en el Church Pension Group.
Dadas las complejidades que se presentan, creemos que un Grupo de Trabajo es la mejor vía para estudiar esta problemática con mayor detalle, fomentar una conversación entre la Iglesia y el Church Pension Group, presentar un informe sobre cómo podemos trabajar juntos para encontrar un mejor camino a seguir en la próxima Convención General, y determinar qué pasos puede dar la Iglesia para ayudar al Church Pension Group a abordar este importante asunto.
Es vital que, como Iglesia, tratemos a nuestros empleados laicos con el mismo respeto y dignidad que a nuestros empleados clericales —no solo en nuestras acciones, sino también en nuestros modelos de remuneración— y que tratemos de mejorar las prestaciones que reciben los miembros laicos remunerados de la Iglesia que trabajan diariamente para sostener nuestra Iglesia y su misión.
Explicación
Los empleados laicos de la Iglesia se rigen por un plan de pensiones distinto al del clero, dadas las diferencias de edad entre los fondos y las leyes aplicables, lo cual conlleva dificultades prácticas al proporcionar una paridad justa entre las prestaciones de los laicos y las del clero. Esto crea un problema de justicia en la Iglesia, donde los empleados laicos a menudo no pueden disfrutar de prestaciones de jubilación comparables a las de sus homólogos clérigos.
Aunque reconocemos que es improbable que se alcance la paridad real en un futuro próximo, dadas las edades y las diferencias prácticas entre los planes, creemos que la Iglesia debe esforzarse más por encontrar un camino más justo para los planes de prestaciones de los laicos, lo que incluye abordar problemáticas como los aumentos de los ajustes discrecionales por el costo de vida, los requisitos de adquisición de derechos y el porcentaje con que los empleadores de la Iglesia contribuyen a los planes de los laicos en el Church Pension Group.
Dadas las complejidades que se presentan, creemos que un Grupo de Trabajo es la mejor vía para estudiar esta problemática con mayor detalle, fomentar una conversación entre la Iglesia y el Church Pension Group, presentar un informe sobre cómo podemos trabajar juntos para encontrar un mejor camino a seguir en la próxima Convención General, y determinar qué pasos puede dar la Iglesia para ayudar al Church Pension Group a abordar este importante asunto.
Es vital que, como Iglesia, tratemos a nuestros empleados laicos con el mismo respeto y dignidad que a nuestros empleados clericales —no solo en nuestras acciones, sino también en nuestros modelos de remuneración— y que tratemos de mejorar las prestaciones que reciben los miembros laicos remunerados de la Iglesia que trabajan diariamente para sostener nuestra Iglesia y su misión.