D019 Justicia y Paz en Ucrania
Se resuelve, con la aprobación de la Cámara de Diputados,
Que la 81ª Convención General condene los crímenes de guerra cometidos en Ucrania como consecuencia de la invasión de la Federación Rusa, contraria al derecho internacional; y asimismo
Se resuelve, Que la presente Convención condene los ataques deliberados de Rusia contra objetivos civiles, documentados por la Misión de Observación de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ucrania (UN Human Rights Monitoring Mission in Ukraine, OHCHR), especialmente los cometidos en Bucha; y asimismo
Se resuelve, Que esta Convención inste a todas las Iglesias de Rusia, especialmente a la Iglesia Ortodoxa Rusa, a condenar estos crímenes de guerra como incompatibles con nuestra fe compartida, y a hacer un llamado a la paz y a la rendición de cuentas; y asimismo
Se resuelve, Que esta Convención haga un llamado a la Federación Rusa para que ponga fin a sus ataques en Ucrania, y para que se negocie una paz justa respetando todo el territorio de Ucrania tal y como lo reconoce el derecho internacional; y asimismo
Se resuelve, Que la presente Convención inste a todas las partes a respetar y cooperar plenamente con cualquier investigación pertinente de Organismos Internacionales como el Tribunal Penal Internacional y el Tribunal Internacional de Justicia para garantizar que todos aquellos que cometan crímenes de guerra rindan cuentas de sus actos.
Explicación
La Iglesia Episcopal tiene la obligación moral de denunciar la injusticia y la violencia en cualquier lugar en que se produzcan. Hebreos 12:14 es uno de los innumerables versículos de las Escrituras que nos recuerdan el llamado de Dios a la creación para vivir en paz con todos y respetar la dignidad de cada ser humano. Lamentablemente, hemos visto cómo la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania se ha desarrollado con un gran desprecio por las vidas humanas, y está bien documentado que la Federación Rusa ha cometido graves crímenes de guerra, como el ataque deliberado contra civiles, el secuestro y traslado de familias y niños ucranianos de sus hogares en Ucrania a Rusia contra su voluntad, la tortura y los malos tratos a niños, la violencia sexual, el reclutamiento forzoso y el saqueo.
Como Iglesia, tenemos un importante papel que desempeñar como pacificadores en nuestro mundo. Nuestro papel es aún más importante a la hora de denunciar estos crímenes de guerra, ya que la Iglesia Ortodoxa Rusa ha utilizado la justificación teológica para la guerra en Ucrania, ha apoyado con entusiasmo la guerra de agresión de Putin y no ha condenado los crímenes de guerra de Rusia en Ucrania.
Es vital que hagamos lo que nos corresponde como fuerzas de paz para denunciar estos crímenes de guerra e instar al respeto del Derecho Internacional y a una paz justa que reconozca los derechos y respete la dignidad del pueblo de Ucrania.