D043 Apoyo y Defensa de los Cristianos Iraquíes
Se resuelve, con la aprobación de la Cámara de Diputados,
Que la 81a Convención General reafirme su compromiso de fomentar la protección y los derechos de los cristianos iraquíes y otras minorías perseguidas en Irak mientras buscan vivir en armonía y seguridad según la Resolución 2018-D063; y asimismo
Se resuelve, Que las diócesis, congregaciones y organizaciones de la Iglesia Episcopal trabajen en colaboración con organizaciones nacionales e internacionales, otras denominaciones y organismos gubernamentales para aumentar la visibilidad y motivar una respuesta a los problemas a los que se enfrentan estas comunidades vulnerables en Irak; y asimismo
Se resuelve, Que las diócesis, congregaciones y organizaciones de la Iglesia Episcopal se asocien con organizaciones como Stand with Iraqi Christians, la cual proporciona inversión económica para la creación de medios de vida sostenibles para las minorías perseguidas de Irak; y asimismo
Se resuelve, Que la Iglesia Episcopal elogie y apoye el ministerio de la Iglesia Anglicana de St. George en Bagdad, la cual proporciona servicios vitales de salud y educación a todos los que buscan sus servicios, independientemente de su afiliación religiosa; y asimismo
Se resuelve, Que se le den instrucciones a la Oficina de Relaciones Gubernamentales para que monitoree las políticas de Estados Unidos en Irak, informando a las personas y las parroquias sobre las formas de participar en las políticas y la legislación en apoyo al sostenimiento de los cristianos y otros grupos minoritarios de Irak para que logren un futuro sostenible y seguro para todos los ciudadanos iraquíes.
Explicación
La Resolución 2018-D063 pedía que las congregaciones y diócesis trabajaran por la protección de las minorías perseguidas de Irak, en colaboración con la Diócesis Anglicana de Chipre y el Golfo. Desde entonces, la situación de los cristianos iraquíes y otras minorías ha seguido siendo precaria, con continuos desafíos a su seguridad, derechos y libertades.
La ciudad bíblica de Ur, ubicada en Irak, se considera el lugar donde nació Abraham, padre del judaísmo, el cristianismo y el islam. Irak alberga algunas de las comunidades cristianas más antiguas del planeta, las cuales aún hablan arameo, la lengua de Jesús. En su libro “Christianity: The First Three Thousand Years” (Los primeros tres mil años del cristianismo), Diarmaid MacCulloch señaló: Los cristianos occidentales han olvidado que, antes de que la llegada del islam transformara por completo la situación en el Mediterráneo oriental y Asia, había una buena probabilidad de que el centro de gravedad de la fe cristiana se hubiera desplazado hacia el este, hacia Irak, en lugar de hacia el oeste, hacia Roma.
Tras siglos de conflicto y décadas de guerra casi continua, en la Iglesia Episcopal deberíamos comprometernos a participar en la creación de un Irak más próspero, tolerante y pacífico mediante el fomento, la amistad y la ayuda económica.