D046 La Conmemoración de la Hermana Sophi y sus Compañeras, las Diaconisas de la Orden de St. Katherine, del Appleton Church Home
Se resuelve, con la aprobación de la Cámara de Diputados,
Que esta 81ª Convención General reconozca el ministerio de la Hermana Sophjenlife “Sophi” Pettison y sus compañeras, honrando su devoción y perseverancia en alimentar, alojar, cuidar, educar y desarrollar la fe de niñas huérfanas e indigentes a través de obras de misericordia durante más de seis décadas después de la Guerra Civil de Estados Unidos, y que las agregue al calendario de Fiestas y Ayunos Menores (o a otro calendario que pueda ser adoptado para el uso de la Iglesia Episcopal) con los siguientes materiales de apoyo:
La hermana Sophi y sus compañeras, fundadoras de la casa de las Diaconisas de Appleton.
Fecha de conmemoración sugerida: 15 de septiembre [fecha de nacimiento de Sophi].
Explicación
15 de septiembre: Hermana Sophi y sus Compañeras, las Diaconisas de Appleton
En 1836, la Iglesia Luterana de Kaiserswerth, Alemania, revivió el oficio de diaconisa para ayudar a atender las necesidades de los pobres, los enfermos, los afligidos y los incultos. Poco después, la Iglesia Episcopal siguió su ejemplo en Estados Unidos. En 1855, el Obispo de Maryland William Whittingham destinó a dos mujeres como diaconisas para un ministerio al servicio de los pobres de Baltimore, y esta Orden pasó a conocerse como House of the Good Shepherd. Menos de una década después, el 20 de diciembre de 1864, el obispo de Alabama Richard Wilmer llamó a tres mujeres al servicio como diaconisas para dirigir un orfanato y las destinó a ese ministerio usando un servicio litúrgico especial. Las diaconisas de Wilmer serían un modelo para el reverendo John W. Beckwith, quien sirvió durante la Guerra Civil bajo el Obispo Wilmer como presbítero en Demopolis, Alabama, y como capellán enviado para atender a las tropas confederadas.
El Rvdo. Beckwith fue llamado en 1868 de la rectoría de Trinity Church en Nueva Orleans, Luisiana, para ser ordenado segundo Obispo de Georgia. Su íntimo amigo William Appleton, de Nueva York, se ofreció a construirle una iglesia en su nueva diócesis. En lugar de eso, Beckwith le pidió al Sr. Appleton que financiara un orfanato para las hijas de los soldados confederados. Con el apoyo de Appleton, el Obispo Beckwith trabajó en Macon, Georgia, para construir Appleton Church Home, llamada así en honor de su principal benefactor económico. Le pidió a Margaret Jennings, una viuda confederada, feligresa de Trinity y compañera de él en su labor misionera en Nueva Orleans, que le ayudara a administrar el orfanato proyectado como diaconisa. La Sra. Jennings respondió al llamado de Beckwith y llegó en 1870, antes de que la iglesia de origen abriera sus puertas en julio. El Obispo Beckwith la designó públicamente como la Hermana Margaret, una diaconisa que trabajaba bajo su supervisión directa.
Es importante notar que, al dar a conocer los objetivos de Appleton Church Home, el Obispo Beckwith mencionara no solo la necesidad de educar y capacitar a las niñas huérfanas para una vida mejor, sino también de desarrollar “mediante una capacitación organizada el trabajo femenino… para utilizar a las mujeres cristianas en obras de misericordia”. Esto ilustra el importante papel de las diaconisas en el establecimiento del ministerio comunitario episcopal a finales del siglo XIX y principios del XX. Aceptar el llamado de una diaconisa le ofreció a muchas mujeres la oportunidad de ocupar una posición segura y estable en la sociedad estadounidense después de que la Guerra Civil las dejara viudas haciendo frente a circunstancias muy reducidas. Servir a los pobres y marginados en nombre de Cristo enriqueció y facultó a estas mujeres al ofrecerles un trabajo digno cuando el ocio no era una opción.
Durante los tres primeros años de funcionamiento de Appleton, la Hermana Margaret dirigió el hogar prácticamente sola. Diseñó uniformes, tanto para ella como para las niñas, cosidos con tela de color “gris confederado”. Como diaconisa, a este uniforme le agregó un cuello blanco y una cofia. Con el tiempo, ella y el Obispo Beckwith identificaron a otras dos mujeres con las que habían trabajado en Nueva Orleans para que se unieran a ella. En 1873, Beckwith llamó a la señorita Katherine Burt para que comenzara a trabajar en Appleton como postulante, y en seis meses la nombró diaconisa con pleno derecho. Ese mismo año, Beckwith designó formalmente a las diaconisas de Appleton Church Home como la Orden de St. Katharine en honor de Katharine (Kate) Appleton Geary, hija de William Appleton. Kate Geary se había interesado mucho por el éxito de la iglesia de origen y murió en 1873 mientras se encontraba en Hong Kong realizando labores misioneras. En 1875, la Sra. Sarah Godwin Marks llegó de Nueva Orleans a Appleton como tercera diaconisa de la Orden.
El día de San Lucas, 18 de octubre de 1882, el Obispo Beckwith celebró una ceremonia para “apartar a diaconisas para la labor en la iglesia”, en la capilla de Appleton. Beckwith siguió el orden del servicio elaborado por el Obispo Wilmer de Alabama. El Rvdo. C.J. Wingate presentó a la Hermana Margaret y ella, a su vez, presentó a sus fieles colaboradoras, la Hermana Katherine y la Hermana Sarah. Cada una de las mujeres profesó ante el Obispo su intención de ser “quien, siguiendo el ejemplo de mujeres devotas registrado en las Sagradas Escrituras y escrito en los tiempos primitivos, deseaba dedicarse al alivio de los que sufren y son indigentes, y que se presentó para pedir su bendición y las oraciones de la iglesia, para que pudiera tener la gracia de cumplir con su deber como corresponde a una obra tan honorable y difícil”. El Obispo Beckwith oró sobre ellas y, poniéndose de pie, exhortó a un saludo en nombre del Señor.
Las diaconisas de la Orden de St. Katharine sirvieron sin compensación económica y dedicaron sus vidas a servir, cuidar y educar a niñas pobres e indigentes en Appleton Church Home. Entre 1889 y 1924, otras seis mujeres fueron apartadas como diaconisas en esta orden: Mary Frances Gould, Maggie Perkins, Louise Aydelotte, Elenor Henry, Katie Campbell y Sophjenlife “Sophi” Pettison. Cada una de ellas dedicó sus talentos únicos y su sólida fe episcopal a Appleton como administradoras, cuidadoras y maestras.
La Hermana Sophi fue la última diaconisa de la Orden y, cuando se jubiló en 1935, la diócesis contrató a presbíteros y administradores laicos para administras las instalaciones. En 1975, Appleton se convirtió en un modelo de hogar grupal y después en un programa de terapia al aire libre. La propiedad de la iglesia de origen se convirtió en la parroquia de St. Francis Episcopal Church. En 1991, Appleton puso fin a sus programas residenciales y se enfocó en atender a niñas y niños en programas por las tardes y en verano. Desde 2014, bajo la dirección de un misionero laico, Appleton Episcopal Ministries se ha asociado con parroquias para desarrollar y financiar numerosos ministerios comunitarios en todo el centro de Georgia. A partir de 2016, Appleton Episcopal Ministries inició una conmemoración anual de las Diaconisas de la Orden de St. Katharine y en 2017, la Diócesis de Atlanta reconoció a las diaconisas de Appleton como las primeras santas de esa diócesis.
En la actualidad, Appleton promueve activamente la reconciliación racial y la búsqueda de la verdad en todos sus programas, y atiende a niños y familias de nueve parroquias episcopales del extremo sur de la diócesis de Atlanta. Sin embargo, hay duras verdades en su historia ante las que la Iglesia debe ajustar cuentas. Cuando la iglesia de origen de Appleton abrió sus puertas en 1870, su propósito original era albergar a las hijas huérfanas de soldados confederados. Los archivos de inscripción muestran que la iglesia de origen pasó rápidamente a aceptar a niñas blancas de familias de Georgia, sin importar su afiliación a la antigua Confederación. Los expedientes documentan que el Obispo Beckwith había sido propietario de esclavos, que como viuda, la Hermana Sarah era propietaria de personas esclavizadas, y que al menos dos de las diaconisas —la Hermana Kate y la hermana Mary Frances— provenían de familias esclavistas. A partir de finales de 1894, el Obispo Cleland Nelson destinó temporalmente a la Hermana Mary Frances para que supervisara un programa ecuménico de asistencia social por todo el estado de Georgia para ayudar a los residentes negros a mejorar sus hogares y su vida doméstica, como parte de los esfuerzos de la Iglesia Episcopal en general por atender a las personas negras de todo el Sur segregado. Más de tres décadas después de que la Hermana Sophi se jubilara como última diaconisa, Appleton integró por fin su programa residencial.
Documentos de Apoyo: