D049 Aumentar en uno la Posible Cantidad de Obispos Sufragáneos en una Diócesis.
En la actualidad hay menos Obispos Sufragáneos activos en la Cámara de Obispos que hace diez años. Sin embargo, como se han creado diócesis geográficamente más grandes con las fusiones diocesanas, en algunos lugares se necesitan sufragáneos adicionales para cubrir grandes distancias geográficas. Esto también permite que estas diócesis elijan a alguien que responda a sus necesidades particulares, en lugar de depender de la limitada reserva de obispos jubilados para el puesto de obispo auxiliar.
Este cambio crea proactivamente infraestructuras para el futuro. La tendencia inequívoca es que el patrón diocesano de la Iglesia Episcopal se está reorganizando con diócesis que antes estaban separadas, pero que ahora se unen de diversas formas. En el futuro habrá diócesis con límites geográficos más amplios (supervisadas por un ordinario), las cuales estarán subdivididas en regiones (“supervisadas” por obispos sufragáneos o asistentes). Aunque en la práctica esto supone una mayordomía económica eficiente, el beneficio más importante es que facilita el crecimiento de la iglesia con excelentes recursos de apoyo combinados y adecuadamente financiados —como campamentos, oportunidades de formación espiritual, capital para misiones, etc.— y el personal profesional para su implementación.
Explicación
En la actualidad hay menos Obispos Sufragáneos activos en la Cámara de Obispos que hace diez años. Sin embargo, como se han creado diócesis geográficamente más grandes con las fusiones diocesanas, en algunos lugares se necesitan sufragáneos adicionales para cubrir grandes distancias geográficas. Esto también permite que estas diócesis elijan a alguien que responda a sus necesidades particulares, en lugar de depender de la limitada reserva de obispos jubilados para el puesto de obispo auxiliar.
Este cambio crea proactivamente infraestructuras para el futuro. La tendencia inequívoca es que el patrón diocesano de la Iglesia Episcopal se está reorganizando con diócesis que antes estaban separadas, pero que ahora se unen de diversas formas. En el futuro habrá diócesis con límites geográficos más amplios (supervisadas por un ordinario), las cuales estarán subdivididas en regiones (“supervisadas” por obispos sufragáneos o asistentes). Aunque en la práctica esto supone una mayordomía económica eficiente, el beneficio más importante es que facilita el crecimiento de la iglesia con excelentes recursos de apoyo combinados y adecuadamente financiados —como campamentos, oportunidades de formación espiritual, capital para misiones, etc.— y el personal profesional para su implementación.