D056 Llamado a un Cese al Fuego en Gaza
El mundo observó con horror el desarrollo de los acontecimientos de octubre de 2023: primero el ataque terrorista de Hamas contra Israel, en el que murieron 1,200 personas, y después las brutales represalias de Israel contra la población de Gaza. En el bombardeo posterior de Israel, hasta el 3 de junio habían muerto al menos 36,479 palestinos, al-Jazeera, y se calcula que hay otras 10,000 personas desaparecidas entre los escombros. La devastación se ve agravada por el actual bloqueo de la ayuda a Gaza: Israel no ha permitido la entrada de agua ni electricidad en la zona desde el comienzo del asedio y, dado que Israel también ha limitado gravemente el flujo de alimentos a la región, la inanición es ahora también un peligro real.
Junto con nuestra clara responsabilidad hacia nuestras hermanas y hermanos anglicanos de Palestina, que comparten con nosotros la familia de la Comunión Anglicana, tenemos un llamado más profundo como cristianos a oponernos a los crímenes de la hambruna masiva, el castigo colectivo y el tipo de destrucción que estamos presenciando en Gaza, simplemente porque ellos, como nosotros, son hijos de Dios. Nunca es correcto utilizar el hambre como arma de guerra. Nunca es correcto utilizar el castigo colectivo contra una población civil, ni siquiera después de sufrir un atentado terrorista. Tenemos una responsabilidad especial porque muchos episcopales son ciudadanos estadounidenses y, por lo tanto, cómplices de las acciones de nuestro gobierno, el principal aliado de Israel en el escenario mundial. Por lo tanto, esta resolución nos llama como cristianos a actuar, tanto en la oración como de forma concreta, para poner fin al genocidio en Gaza.
Explicación
El mundo observó con horror el desarrollo de los acontecimientos de octubre de 2023: primero el ataque terrorista de Hamas contra Israel, en el que murieron 1,200 personas, y después las brutales represalias de Israel contra la población de Gaza. En el bombardeo posterior de Israel, hasta el 3 de junio habían muerto al menos 36,479 palestinos, al-Jazeera, y se calcula que hay otras 10,000 personas desaparecidas entre los escombros. La devastación se ve agravada por el actual bloqueo de la ayuda a Gaza: Israel no ha permitido la entrada de agua ni electricidad en la zona desde el comienzo del asedio y, dado que Israel también ha limitado gravemente el flujo de alimentos a la región, la inanición es ahora también un peligro real.
Junto con nuestra clara responsabilidad hacia nuestras hermanas y hermanos anglicanos de Palestina, que comparten con nosotros la familia de la Comunión Anglicana, tenemos un llamado más profundo como cristianos a oponernos a los crímenes de la hambruna masiva, el castigo colectivo y el tipo de destrucción que estamos presenciando en Gaza, simplemente porque ellos, como nosotros, son hijos de Dios. Nunca es correcto utilizar el hambre como arma de guerra. Nunca es correcto utilizar el castigo colectivo contra una población civil, ni siquiera después de sufrir un atentado terrorista. Tenemos una responsabilidad especial porque muchos episcopales son ciudadanos estadounidenses y, por lo tanto, cómplices de las acciones de nuestro gobierno, el principal aliado de Israel en el escenario mundial. Por lo tanto, esta resolución nos llama como cristianos a actuar, tanto en la oración como de forma concreta, para poner fin al genocidio en Gaza.